SITCOM

Análisis de las series de humor emitidas en España desde 1990

lunes, 21 de mayo de 2007

Sustitución de personajes



Suele ocurrir con numerosas series de televisión, tanto españolas como extranjeras, que de la noche a la mañana, desaparece o es sustituido un personaje de la serie. Esto se produce de diversas maneras: se mata al personaje (el caso de Marcial, en "Médico de Familia"), desaparece de pronto y no lo volvemos a ver, aparece un día y ya se queda en la serie, un actor interpreta dos personajes... Suelen durar muchas temporadas y los personajes no perduran tanto tiempo en la serie, los guionistas tienen que buscarse algún recurso para seguir continuando con el guión.

En muchos casos se suplanta un personaje por otro y se hace como si no pasase nada, como si los telespectadores no se diesen cuenta, como por ejemplo "El príncipe de Bel Air", sustituyen a la tía de Will Smith por una mujer de raza blanca, está claro que cuando una serie tiene audiencia y un actor la abandona, no van a quitarla pero por lo menos podrían molestarse en buscar a una persona de la misma raza. Un sin fin de casos más: la ex mujer de Ross en "Friends", la madre de "Cosas de Casa", el padre de "Seinfeld", Seven Bundy en "Matrimonio con hijos" y como últimos casos más cercanos, el personaje de Lucía (Belén Rueda) en "Los Serrano", que murío en un accidente de tráfico y en "Yo soy Bea", el personaje del fotógrafo cambió de una día para otro.
Otros elementos secundarios, son suplidos sin que se produzcan grandes cambios en la trama principal y a los que no se les da mucha importancia. Sin embargo, otros se convirten en inolvidables, por ese rasgo inconfundible, su personalidad compleja, tiene cientos de defectos y nos hacen reír todas las situaciones enredadas a las que debe enfrentarse.

Curioso es el caso de "Santa Bárbara", emitida en España en el año 1989, aunque no es una sitcom, pero anunciaban durante la emisión de la serie que Johnyy James sería interpretado ese día por otro actor.

Es importante mencionar, como tambíen se producen cambios en los doblajes de las voces, algo que produce frustración,
por la familiaridad que se tiene hacia ellas, es complicado que te puedas volver a introducir en la serie.

Nos implicamos en las tramas, nos indentificamos con un personaje por su forma de ser, su físico, todas sus cualidades... cuando desaparece o cambian a un intérprete, se trastornan nuestros "papeles", provoca un choque, que lleva a la confusión del telespectador. Puede tener un gran parecido con el actor anterior, interpretar el papel muy bien, pero ya estabamos familiarizados con el anterior. Supone un problema para los guionistas que son conscientes de todas estas situaciones. Lo siguiente que ocurre es o que nos adaptamos a las nuevas circunstancias o es tan grande el choque que la serie termina desapareciendo.

domingo, 13 de mayo de 2007



"SERIES DE TELEVISIÓN: UNA NUEVA DROGA"

Según encuentas que hemos realizado a la gente sobre la adicción a las series, hoy en día muchas personas prefieren ver televisión a cualquier acto de recreación, y esto se debe a que ver televisión se ha transformado en algo muy cómodo ya que lo único que tienen que hacer es encenderla, ni siquiera tienen que pensar, solo mirar. Es tan grande la adicción que tienen sobre alguna serie televisiva que les llega a provocar un aislamiento con los demás.

En casi todas las casas hay un aparato y casi todas las familias por lo menos ven una hora diaria de televisión. En gran parte de las familias, el televisor se encuentra en el comedor, y a la hora de la comida es frecuente ver al grupo familiar viendo televisión en vez de estar conversando. También es muy común ver a los jóvenes largas horas encerrados en sus casas frente al televisor; esto genera que la comunicación de familia se vaya perdiendo cada vez más, ya que estar viendo una serie o programa de televisión es una alternativa más entretenida que una conversación familiar.

Además, esto ha llegado incluso a perjudicar a la relación de parejas: puede crear divisiones porque el marido esta sumido en algún partido de fútbol o la esposa no despega la vista de su telenovela favorita; eso provoca que a veces se olvide de darle un minuto de atención a los hijos o hablar simplemente de la jornada diaria, de cómo te fue en el trabajo, de cómo te encuentras. Estos son sólo algunos ejemplos de cómo cosas cotidianas que alimentan la comunicación en el matrimonio se dejan de lado por ser adictos a la televisión.


De toda la programación que se ofrece en todas las cadenas de televisión, la que mayor adicción provoca en el telespectador son las series. Estas series nos llevan a situaciones cercanas de nuestras propias vidas, que nos hacen ponernos en el lugar de los protagonistas. Provocan que el individuo se sienta identificado con ellos, hasta tal punto de que los telespectadores se “enganchan” y se consideran adictos a las historias relativamente cotidianas que nos cuentan. Incluso de no salir de casa el día que se emite su serie favorita para poder verla.

Para que una serie tenga audiencia tiene que conseguir que al telespectador le atraiga el personaje principal. Ejemplo de ello son series como “Aída”, sin duda es el humor con tintes “barriobajeros” y chabacanos lo que triunfa en el público. Esta serie cuenta con actores como Paco León, “Luisma” que es el personaje más gracioso, y famoso en la serie por ser el “tonto del barrio”. Otro ejemplo sería una serie como “Yo soy Bea”, donde lo más atrayente es, sin duda, la trama amorosa, provocando en los telespectadores sobre todo a mujeres, que se identifiquen con la actriz, e imaginen tener una historia de amor como los protagonistas.

La sociedad en ocasiones hecha de menos las situaciones tan inverosímiles y divertidas de las que nos hacen partícipes, ayudan a olvidar los problemas cotidianos, éste hecho, sin duda es un elemento muy importante de atracción para los telespectadores.

Estefanía García Sánchez

martes, 8 de mayo de 2007

"Humor enlatado"


En un artículo anterior hicimos referencia a las “risas enlatadas”, pero pasamos por ellas de una manera superficial, en esta ocasión las analizaremos de una forma más detenida.

Fieles acompañantes de las sitcom son las criticadas “risas enlatadas”, risas artificiales, grabadas con anterioridad, que se repiten hasta la saciedad en diferentes capítulos de una misma sitcom. Estas risas son grabadas, junto a los diálogos, en el audio de la serie.

Las “risas enlatadas” surgen en el año 1932, en una emisión radiofónica que permitía la asistencia de público, siempre que éste se mantuviera en silencio. Un día inesperado, el locutor Eddie Cantor retransmitió el programa con el sombrero de su mujer, esto provoco en el público que se encontraba allí una risa insostenible que, sin poder evitarlo, se coló en la retransmisión del programa. La sorpresa se produce cuando se comprueba que esas risas habían dado lugar a un aumento de la audiencia.

A partir de este momento, la televisión se hace eco de que con la utilización de risas en directo la audiencia aumentaba .Cuando esta “estrategia” entra en manos de la televisión, poco a poco se va desvaneciendo el encanto de estas risas ambientales. La televisión comienza a falsificarlas, a abusar de ellas, a introducirlas en momentos donde no procedía… esta mala utilización de las risas hace que se denominen “risas enlatadas” y que la gente comience a aborrecerlas. En la película de Woody Allen, “Annie Hall”, el director hace una crítica a este tipo de risas; el protagonista, Alvy Singer, deja su trabajo en televisión debido al odio que le producen las “risas enlatadas”, puesto que no le parecen una forma honesta de hacer humor.

La gran mayoría de las series están apoyadas por las risas enlatadas, que casi siempre guían al espectador indicándole en que momento de la serie debe soltar la carcajada, hablamos entonces de un humor guiado o de la democratización del humor. En otras ocasiones, estas risas encubren guiones pobres haciendo que parezcan más ingeniosos, cuando realmente no lo son. A veces ocurre que ni siquiera las risas enlatadas consiguen disfrazar un guión deficiente: la serie “Con dos tacones” de Televisión Española, en sus primeras emisiones no gozó de un gran éxito y los productores pensaron que si introducían risas, la audiencia aumentaría, pero evidentemente esto no fue así, por lo que aunque la mona se vista de seda, mona se queda.

Actualmente, se emiten sitcom sin risas enlatadas y obtienen éxito. “7 vidas”, “Aída” son dos ejemplos de series españolas que se graban con público en directo, aquí las risas sí son de verdad. Otros ejemplos de series extranjeras: “Lo que me gusta de ti”, “Apartamento de soltero”, “Como una familia”… (Estas últimas series se emiten el La2).

Hace unos años, a una sitcom sin risas enlatadas no se le auguraba un buen futuro, pero nada es para siempre, todo cambia y las tachadas risas enlatadas se desinflan con el paso del tiempo, por el bien de todos.




Paloma Cuevas Montero

martes, 1 de mayo de 2007

VIOLENCIA, la sustituta del HUMOR

Las investigaciones afirman que el 85% de las series de ficción contienen violencia:
El 40 % de las conductas violentas son ejecutadas por los protagonistas.
El 66% de las mismas no se producen como defensa ante nada.
El 75 % de las consecuencias de la violencia no aparecen o son mucho menores que en la realidad.



Dentro de los medios de comunicación, el que más repercusión ha tenido en todos los ámbitos de la sociedad, independientemente de la edad y el sexo, ha sido la televisión. Su importancia y popularidad se la deben a la incorporación de la imagen con el sonido, a su instantaneidad y a una multiplicidad de factores más.
Desde sus comienzos, la televisión se ha asignado a sí misma una triple finalidad: informar, formar y entretener. Aunque no existan quienes no discutan si ésos son verdaderamente sus objetivos, sí puede cuestionarse si la televisión no busca en realidad informar, formar y entretener a su gusto y piacere…
Este medio ha presentado mucha violencia en los últimos tiempos, sobre todo, con la llegada de nuevos formatos de programas. Es común encontrar en los programas de televisión elementos que denoten la existencia de agresiones morales a la autoridad paterna y materna, además de la innumerable presencia de falsos modelos para los niños y adolescentes, y la inercia de la moda, que los lleva al peligro de que los imiten. Además, en los hogares ya casi nadie conversa con los otros porque la televisión absorbe todo el tiempo, bloqueando las relaciones.

Quedaron totalmente en el olvido aquellas series inocentes, donde se hacía reír sin necesidad de decir malas palabras, en donde se insinuaba con poco sin necesidad de mostrar todo, donde quedaba espacio para la imaginación y donde la familia unida, la fidelidad, la amistad, los valores humanos, en general, eran la base de exitosos argumentos. Hay que reconocer que los programas que ofrece la televisión son productos que los televidentes compran, y que estos productos cambian porque están sujetos, como todo, a la moda, a las tendencias. Para empezar, hoy en día, todo está permitido y, como es de suponer, la televisión no podía ser la excepción. La moda televisiva actual está marcada por las características de la sociedad moderna, con lo cual, cualquier cosa tiene espacio y, el “mostrar la realidad”, el “darle voz a todos”, son los dos pretextos más gastados para justificar el éxito de un programa de TV.

En el ámbito correspondiente a las sitcom, hay que decir que, siendo su base el humor, últimamente están cayendo en picado en otras tramas que implican, no en tan alto grado, una serie de conflictos que invitan a la violencia; como ocurre; por ejemplo, con “Los Serrano” o “Los hombres de Paco”. Ambas series, en sus inicios, ofrecían más gags humorísticos que fácilmente le sacaban al público la sonrisa; sin embargo, últimamente, están plagadas de argumentos excesivamente dramáticos y violentos que, aunque no lo parezca, influyen en gran medida en el público.

La contemplación de violencia repetidamente en las series de televisión, puede ser una de las causas del mismo comportamiento violento. Esto no puede comprobarse empíricamente, pero sí constituye una realidad, sobre todo, para los niños y adolescentes, que son el público más fiel de las sitcom. Las variables que estarían implicadas en el impacto de la violencia televisiva pueden ser las siguientes:

a) El contexto donde ocurre esta violencia: la mayor parte de la violencia en TV ocurre en contextos interpersonales muy similares a nuestras propias vivencias, lo cual puede propiciar un aumento de los comportamientos violentos por identificación con los mismos.
b) La justificación de la violencia: la violencia gratuita tiende a aumentar el comportamiento violento, en la mayoría de las situaciones violentas que aparecen en la pequeña pantalla no se presenta como el último recurso sino más bien como el único. Los menores pueden acaba pensando que el ser violento es el único modo de ser.
c) El contenido de la justificación: qué se nos puede decir con esa violencia. Los héroes violentos suelen erigirse en portadores de la verdad y la justicia, y dictaminan la bondad de los hechos por encima de los criterios éticamente aceptados por la sociedad.
d) La persona que percibe la violencia: evidentemente la receptividad de la persona que está expuesta a las acciones violentas en la televisión depende de muchas variables como la agresividad del perceptor, grado de identificación con el personaje, desensibilización ante un comportamiento violento…

Podemos afirmar, entonces, que la televisión y toda su programación han modificado los hábitos y costumbres de la sociedad, sobre todo en lo que concierne al núcleo familiar. Sin duda, el auge de este medio, ha generado una serie de valores, principios, normas y modos de pensar contrarios a los que se han pregonado toda la vida, con la pueril excusa de que se adapta a los tiempos que corren…


Laura Sánchez Lara

domingo, 22 de abril de 2007

"La que se avecina"


“Toda serie de televisión tiene un principio y un final”. Esta sentencia tendría que ser aplicada “a raja tabla” por todos los productos audiovisuales para que no lleguen a ser un programa monótono o con una trama poco realista.

Como dijimos en el artículo de la semana pasada, la fórmula del éxito aún no se conoce. Las series adoptan distintas fórmulas para continuar, temporada tras temporada, en la “parrilla televisiva”. Pero, a pesar de que logren el apoyo del público, sacrifican, a veces, los principios por los cuales se regía la serie. Por ejemplo, “Los hombres de Paco”, una serie que nació siendo de humor, ha pasado a ser un “thriller a la española” con líos de faldas y problemas con el tráfico de drogas.

Las series se tienen que ir renovando con el paso del tiempo, ya sea por necesidades del guión y la temática, por cambio y renovación de los actores...pero todo esto, dentro de una lógica que no “vuelva loco" al espectador.

Con todo esto, queremos llegar al gran estreno de la temporada en Telecinco: “La que se avecina”. El gran fichaje de la cadena llega dispuesto a seguir manteniendo los grandes niveles de audiencia y fidelidad por parte del público que ya tuvo en Antena 3. Pero no va a ser fácil.

Por un lado, Antena 3 ha explotado hasta la saciedad los capítulos de “Aquí no hay quien viva”, intentando convertir a los personajes y a la serie en un producto repetitivo, que canse al espectador, y de este modo, disminuir la expectación que ha intentado crear Telecinco con la llegada de los “curiosos” vecinos a su nueva comunidad.

Telecinco, a priori, tiene todo de cara para que la serie sea un éxito. Pero tiene que intentar que su producto sea algo más que una mera copia o una simple continuación de lo que ya hemos visto. Tiene que aportar cosas nuevas, ideas innovadoras...pero sin desviarse demasiado como para que el espectador rechace lo que está viendo. Tiene que evitar las comparaciones, ya que si entra en ese círculo vicioso, tiene las de perder, ya que siempre quedará en las retinas y en la mente del espectador la serie original. Un ejemplo claro de esto lo ha sufrido Antena 3 este último trimestre con la serie “Manolo y Benito Corporeision”, una triste secuela de lo que en su día fue la serie española con más éxito. Y es que ya se sabe, “las segundas partes nunca fueron buenas”.

sábado, 14 de abril de 2007

Grandes fracasos de las sitcom en España


Cuanta información, qué barbaridad. Puedes leer 500 blogs sobre las sitcom que todos te dicen lo mismo. Estamos perdiendo la identidad propia, nuestro propio mundo para adaptarnos a un mundo artificial y superficial. La seña de la identidad de una persona son sus ideas pero llegamos a un momento donde alguien desde arriba nos dice: “espera, eso que haces está mal y esto otro también, suspenso”. Nos convencen de que nuestras ideas son ridículas e inservibles, incluso ya no sólo las ideas, sino el comportamiento y nuestra manera de hablar. No perdamos la identidad.

Algunos diréis que menuda parrafada sin venir a cuento, pero seguro que este espoleo os vendrá bien para leer el artículo. ¿Cómo conseguimos que una sitcom (y cualquier producto audiovisual) tenga éxito? Pues no se sabe. Algunos exponen una serie de hechos que creen que pueden ser determinantes pero la realidad es que la clave del éxito no existe. Cuando hablamos de las sitcom en España a todo el mundo le viene a la cabeza series como “Aída”,”7 vidas” y otras tantas pero nadie recuerda los fracasos. Sí señores, aquellos grandes desastres que según sus creadores “lo tenía todo: gente guapa, humor, buenas historias. No entendemos su fracaso”. Aquí una lista de las mayores catástrofes de las sitcom y el por qué de su fracaso:

EL INQUILINO

“Aunque no lo creáis, el extraterrestre está basado en la cara de Jorge”

Esta serie fue la catapulta para que Jorge Sanz tuviera que abandonar casi definitivamente el mundo del cine, de la TV y casi del planeta tierra. La serie "olía mal" desde el primer minuto: guiones muy poco trabajados, actores en horas bajas con actuaciones deprimentes, etc.…

Las series que tienen éxito poseen un común denominador: sus personajes son gente cotidiana, con sus problemas, sus inquietudes normalmente adaptados por actores que exteriorizan a la perfección todo esto.

Pues aquí no hay nada de eso, un dineral gastado en guionistas y actores para elaborar este despropósito, si es que el enchufe en España…


LA VIDA DE RITA

“El doblaje en El Resplandor marcó mi carrera”

Curioso. Esta serie contaba con unas críticas muy buenas: “los guionistas no tuvieron reparos en que se hablara sin tapujos y sin miedo sobre literatura, arte, filosofía, sentimientos descarnados o música de jazz sin que en ningún momento parecieran pedantes o de otro planeta.” Con esas credenciales parecía un éxito, pero no. La gente en España no está preparada para esto, me explico: si hacemos una comedia hay que dársela masticada, sin ningún tipo de agobio y sentimentalismos los justos, como la muerte de Belén Rueda en "Los Serrano". Lo que vende es el espectáculo y la carcajada fácil, mujeres espectaculares en las series, como Jaidy Mitchel de profesora, o actores de 29 años haciendo de un chaval de 17 que no canta ni para dormir a un niño chico, el gran Fran Perea.

LONDON STREET

“Quién me mandaría firmar por Antena 3”

Los peores gags en la historia de España y el mundo. Un guión digno de ser denunciado y una puesta en escena sólo comparable al circo ruso. Un fiasco más de Antena 3 que por aquella época no levantaba cabeza. Solo se emitieron dos capítulos...


DIVINOS
Santi confesó que la serie triunfaría si Paula salía en bikini

El Terrat estaba detrás de este proyecto y se pronosticaba un éxito a esta serie encabezada por Santi Millán y sí, esa chica que no la escogen por su cuerpo, Paula Vázquez. En su debut del pasado 3 de julio, "Divinos" cosechó unos flojos registros y se retiró. Decían que de nuevo emitirían la serie para colocarla de acuerdo a su calidad pero hasta día de hoy…

El Terrat ya había fracasado con “Moncloa, ¿dígame?” que sólo tenía algún que otro chiste pero el guión (de nuevo) y los actores (otra vez) no eran lo suficientemente terrenales como para que la gente se identificara con los personajes y se creara la gran ansiada “fidelidad a la serie”. Es de suponer que pasara lo mismo con "Divinos": mucha estrella, mucho chiste fácil pero la gente no se encuentra a sí misma en el producto y opta por ver alguna película de cine X como “Rocco vampiro” para pasar el rato…

Si nos fijamos, la clave del éxito tiene unos componentes que se escapan de nuestro entender. Es verdad que podemos localizar algunos elementos como un buen guión, personajes con los que podamos identificarnos y actores que sepan trasmitirnos todas esas emociones pero otros componentes son desconocidos.

El nuevo grupo musical para adolescentes que arrasará en verano”

Hay un personaje que está empecinado en traer todas las sitcom de EEUU hasta España, se trata de ese hombre que puso de moda la chaqueta con deportivas de colores y que “le olían los pies”: EMILIO ARAGON. Primero con “Javier ya no vive solo” que aguantó poquito en parrilla y que aburría a todos, y más tarde con la “adaptación” de la serie americana “Todo el mundo quiere a Raymond” y que el gran Emilio decidió titular “Casi perfectos”. Esta segunda serie aguantó menos que la primera y es que intentar llevarnos un producto de EEUU y colocárnoslo en España es un error.

La idea era buena pero los guiones y el ambiente "apestaba a americanada" y la gente se daba cuenta de situaciones totalmente irreales y muy forzadas que no llevaban a nada.

Para terminar con Emilio, decir que está pensando en comprar los derechos de FRAISER. La que puede liar milikito…

Otras series como “Abuela de verano” , “A tortas con la vida”, “Manolito Gafotas”, “Paco y Veva” o “Un lugar en el mundo” son, entre otras muchas, claros ejemplos de fracasos en mayor o menor escala pero fracasos en definitiva al no alcanzar sus objetivos mínimos.

Al margen de las series que todos conocemos como “Aída” la ya licenciada “Aquí no hay quien viva” o “Los Serrano” y “Yo soy Bea”, la realidad es muy dura: apenas se logra asentar series españolas en las parrillas televisivas. En España debemos adquirir nuestro propio estilo en las sitcom y reconvertir el término para adaptarlo a nuestra realidad, sólo así empezaremos a conseguir éxito en nuestras producciones.

Nadie tiene la clave del éxito pero sí sabemos lo que falla, por tanto y partiendo desde ahí, podemos empezar a aprender de nuestros errores y empezar a crear “the spanish sitcom”, aunque eso ya es otro tema.


Daniel Torres Mantilla

lunes, 9 de abril de 2007

Sistema de producción


La sitcom en España, es un género bastante nuevo. La elaboración propia de comedias tardó en llegar, los años noventa son decisivos para la aparición de un importante número de productoras, desde el mismo momento en el que “Farmacia de Guardia”, una producción de “Antena 3”, se convirtió en un gran éxito televisivo.

“Telecinco” fue la primera cadena que confió en empresas ajenas parte de su producción y que mayor inversión ha realizado en colaboración con empresas independientes en series de este tipo. En EE.UU. hay una larga tradición de hacer televisión, su industria se caracteriza por la madurez y consolidación. Por el contrario, en nuestro país hasta hace poco tiempo, sólo existían dos cadenas de televisión. La inversión es escasa y el mercado muy limitado: se trata de una industria joven, en la que compran series de televisión tres o cuatro cadenas, mientras que en EE.UU. hay decenas de canales dispuestos a invertir en una serie.

Es importante decir, que no son los canales quienes realizan las producciones, sino que se contrata a empresas externas que luego venden el producto listo para su emisión. Para la productora la serie comienza a ser rentable cuando la emisión de la serie consigue durar más de una temporada. Un sistema de financiación que confiere casi todo el poder a las cadenas, éstas imponen sus términos y se quedan con el copyright de la producción.

Las empresas se acogen a modelos de trabajo que son eficaces para la creación de relatos. Los capítulos están destinados a un horario de audiencia, entre las diez y las doce de la noche, con una duración que no sea superior a los cincuenta minutos. El coste de un capítulo, del conjunto de series semanales de al menos una hora de duración ronda los 288 mil euros. Encontramos también, las series consagradas por la audiencia durante varias temporadas, que cuentan con actores conocidos y apreciados por el público, en este caso el presupuesto aumenta, el precio por capítulo oscila de 288 mil a 450 mil euros, del cual el 50% corresponde al equipo artístico. Un claro ejemplo, es “Friends”, serie en la que encontramos a Jennifer Aniston, producida por “Warner Bros”.

La inversión se ha duplicado en los últimos años. El nivel de las sitcom facturadas en el mercado televisivo español es muy alto. Aunque estamos muy lejos de EE.UU., donde se producen más títulos y se pueden permitir más fracasos. De veinte producciones, una de ellas es buena y ésta es la que llega a nuestras pantallas. Los costes de entrada para nuevas productoras en el mercado de la producción son bastante elevados, ya que los canales de televisión tienden a trabajar con aquellas que han demostrado su éxito, como “Globomedia”, que ha producido series de gran audiencia como “Siete Vidas” y “Aída”, emitida actualmente por televisión. La irrupción de las nuevas ofertas del cable y de la televisión digital terrestre va a provocar una ampliación del mercado. La sitcom siempre tendrá un lugar en la televisión, actualmente lo que importa es ganar audiencia y es evidente que el humor es una carta ganadora.


Tatiana Rodríguez Rojas

lunes, 26 de marzo de 2007

SITCOM ESPAÑOLAS, BLANCO DEL "PRODUCT PLACEMENT "




Las marcas acuden cada vez con más frecuencia al “product placement” en televisión, una nueva técnica publicitaria que consiste en exponer los productos dentro de los elementos de ambiente de las series, como complemento de los “spots” que hacen fuera de éstos. Esta técnica aparece en la década de los 90 en nuestro país, en series televisivas como “Farmacia de Guardia” y “Médico de Familia”.

España es el país europeo con más publicidad televisiva dentro y fuera de las series, y ocupa el primer puesto del ranking mundial en el denominado “product placement”. A pesar de que la Unión Europea prohíbe esta colocación desenfrenada de productos, en pocas partes del mundo existen tantos cortes de publicidad y tanta distribución de productos como en la televisión española. Durante el horario de máxima audiencia, los cortes comerciales pueden durar unos quince minutos y exhibir hasta treinta anuncios seguidos, tanto tiempo que algunos telespectadores olvidan lo que están viendo. Pero esto no preocupa a los productores españoles, ya que no se quejan de que la comercialización invada la televisión, es más, aseguran que la publicidad los ayuda a preservar la producción local de TV y depender menos de los programas importados.

Según recoge el diario El País, Antena 3 y Tele 5 son las cadenas que más recurren a esta fórmula publicitaria. La Asociación de Usuarios de la Comunicación ha detectado publicidad encubierta (perfectamente identificable), en series de humor como “Aquí no hay quien viva", “El inquilino”, “Ana y los 7”, “Los Serrano”, “Mis adorables vecinos”, “7 vidas”... Como contrapunto, destaca la serie “Aída”, producida por Globomedia, donde la tienda de ultramarinos que regenta uno de los protagonistas está plagada de marcas blancas y ficticias. Es tan grande la necesidad de publicitarse que la temporada pasada McDonald’s Corp. y General Motors Corp. pagaron a la productora Miramón Mendi para que “Aquí no hay quien viva”, una de las series de humor de más éxito emitida por Antena 3, incorporara algunas referencias favorables de sus productos en el guión.

Una de las cosas más destacadas de las series actuales en esta materia, es que nos estamos habituando a ver desayunar a las familias más famosas de la televisión, es lo que acostumbran a hacer todos juntos con más frecuencia, y no porque una encuesta haya revelado que esas son las costumbres de la sociedad española, sino porque existe un mayor número de anunciantes de productos para el desayuno dispuestos a invertir en el “product placement”. A veces, tanta publicidad en una serie empieza a convertirse en un problema cuando desvía la atención del telespectador; el número de marcas presentes es tan alto, que parece que estamos atendiendo a un desfile de productos de consumo y no a una serie de televisión. Actualmente, otra forma de promoción que se está extendiendo con rapidez, es la vista en series de humor donde los mismos personajes presentan los productos antes del inicio del capítulo. Aunque se ve claramente que se trata de publicidad y no se introduce dentro del guión de la serie.

España esta siendo una mala influencia para el resto de países europeos y gran parte de América Latina. Pero el problema es aún mayor, sus cifras siguen aumentando, y esto es debido al decremento en la duración de los “spots”, y sobre todo al incremento de cadenas de televisión. Son muchos los telespectadores que se quejan de la cantidad de anuncios y de tanta publicidad dentro de series televisivas, pero estas quejas no consiguen que los españoles nos despeguemos del televisor.


Estefanía García Sánchez

lunes, 19 de marzo de 2007

ESTEREOTIPIAS EN LAS SITCOMS JUVENILES


En el desarrollo de las cuantiosas series de televisión que han ido apareciendo desde los años 90, se han ido creando numerosos personajes estereotipados que se han incrustado en las tramas de los seriales, sobre todo, de las dirigidas a adolescentes, así encontramos personajes muy parecidos que prácticamente se repitieron en cada serie que fue apareciendo sobre todo en los ochenta y noventa.

En la mayoría de series de humor emitidas, el protagonista adolescente se caracteriza por ser guapo, inteligente, poco estudioso pero muy resuelto y desenfadado. En contraposición a este personaje se encuentra su mejor amigo- lacayo que suele ser feo, inseguro, muy estudioso pero con muy poco éxito social, valgan los ejemplos de
Will Smith y Carlton Banks, en "El Principe de Bel-Air" , Zack Morris y Screech Powers en "Salvados por la campana" , incluso Bart Simpson y Milhouse.

Alrededor de esta, que suele ser la figura principal, pululan otra serie de personajes que, de la misma forma, parecen repetirse en estas series como la guapa, pija, superficial que rápidamente hace evocar a personajes como Hilary Banks, Lisa Turtle…, siempre del brazo del atleta de turno que se caracteriza por ser poco inteligente y rival del protagonista. Aunque el personaje principal se caracteriza por su rebeldía, al final de cada capítulo aprende siempre la lección y nos muestra su lado más noble.

Suelen estar situados en familias de clase media alta encabezadas por un padre con facilidad para perder los nervios aunque a veces se alternan los roles de padre y madre para esto: "
Los problemas crecen", "Cosas de casa", "Malcon", "Alf"
Las tramas de las sitcom ponen su granito de arena para que los personajes se parezcan aun más en las diferentes series, ya que siempre se encuentran encasillados en un rol y su actuación después de dos capítulos es previsible. (El protagonista se mete en un lío, su amigo está involucrado… al final todo se soluciona)

Además de lo citado, nos encontramos con la presencia omnipresente de las risas enlatadas que suelen acompañar siempre a todo gag más o menos gracioso y que potencian una situación cómica o encubren un pobre guión contribuyendo a lo que podríamos llamar una democratización del humor, este recurso es también un estereotipo de lo que entendemos por sitcom.

Puede ocurrir que no parezcan todos los estereotipos en una misma serie, pero generalmente algún personaje nos recuerda a otro o tiene rasgos similares al protagonista de cualquier otra sitcom y aunque esta fórmula ha sido repetida hasta la saciedad, siempre ha gozado de éxito entre la audiencia ha la que es dirigida. Tal vez nadie sea un fiel reflejo de estos personajes tan estereotipados, pero es posible que el espectador encuentre proyectada en estas historias una alternativa más cómica a las situaciones cotidianas ya que los personajes extremos hacen que se precipiten acontecimientos de forma tal que en veinticinco minutos tenemos un desenlace humorístico de estampas de la vida real, de ahí su popularidad.
Paloma Cuevas Montero

lunes, 12 de marzo de 2007

¿CALCO ESTADOUNIDENSE?



Sitcom (abreviación en inglés de Situation comedy), traducida al español como “Comedia de Situación”, es un tipo de comedia televisiva nacida en Estados Unidos. Se desarrolló en los años 60 y sigue siendo relevante hasta el día de hoy. El humor que se utiliza está basado en la broma verbal y en la visual "gag”. El humor de situación hace recaer este sobre el desarrollo de la trama, la personalidad de los personajes y sus reacciones. La primera sitcom de la historia fue “I love Lucy”, protagonizada por Lucille Ball y Desi Arnaz, que empezó siendo apenas un sketch dentro de un programa, para acabar tomando entidad independiente.
Las sitcom en España se desarrollaron bastante más tarde. A mediados de los noventa, cuando todavía nadie sabía lo que era un reality show y todos estábamos pendientes de los amoríos entre un médico de familia (Emilio Aragón) y su cuñada (Lydia Bosch), las productoras españolas, principalmente, Globomedia, y algunas cadenas de televisión, como Telecinco; comenzaron a plantearse nuevas fórmulas. Las series necesitaban renovarse, dado que los telespectadores ya andaban un poco cansados de la ya citada “Médico de familia”y otras como: “Compañeros” o “Periodistas”, sin olvidar, por supuesto, el gran éxito cosechado con sus primeras emisiones.
Retomando lo dicho anteriormente, los años noventa trajeron consigo un aire renovador, ocurriendo entonces algo que en Estados Unidos se llevaba haciendo durante mucho tiempo: las sitcom. Al principio, la idea no gustó mucho, ya que se pensaba que si la serie no gustaba, el género, por consiguiente, tampoco; además de que había habido dos intentos fallidos de hacer sitcom en España: “Fernández y familia” y “Quítate tú, pa ponerme yo”. Por estas razones, este tipo de proyectos no tuvieron mucha acogida en sus inicios, pero el empeño por parte de algunos de los productores y guionistas españoles de llevar hacia delante este género, lo hicieron posible.
Pero aquí radica el quid de la cuestión: el hecho de tomar como modelo las sitcom norteamericanas, como “Seinfeld”, “Cheers” o “Friends”, que, en aquel momento, estaban teniendo un éxito exagerado, impidió la improvisación. Centrémonos, por ejemplo, en “Siete Vidas”: la idea de escribir sobre una pandilla de amigos treintañeros que vivían en un entorno urbano no era algo novedoso, sino una mera copia de “Friends” “a la española”, con la única diferencia de que en lugar de Ross y Chendler, nosotros contábamos con Paco Jimeno (Javier Cámara), algo más…autóctono. Además de esto, “Siete Vidas” cuenta con otra influencia norteamericana: la relación amor-odio entre madre e hijo, como ocurre, por ejemplo en “Frasier”. A pesar de todo esto, es inevitable aludir a su exitosa acogida entre los telespectadores, que ha durado, además, durante todas y cada una de sus temporadas.
Pero, el problema no está en que esta sitcom encuentre su modelo en Estados Unidos, sino que muchas de las series emitidas en España no son ideas originales, sino que se trata de una especie de adaptaciones a nuestro humor. Esto ocurre, por ejemplo, en: “Friends” y “Más que amigos”, “Embrujada" y “Ala –Dina”, “La niñera” y “Ana y los siete” y las comedias de enredos de familia: “Roseanne” y “ La casa de los líos”, "Los Serrano"...Sin olvidar por supuesto “Married with children”, que tiene hasta el mismo título, sólo que traducido al español, “Matrimonio con hijos”.
Esta falta de creatividad hace que el público español emita como veredicto que las series norteamericanas sean mucho mejores que las españolas, lo cual podría adjudicarse a alguna de estas razones: un mayor presupuesto a la hora de producir las comedias, una audiencia mucho mayor que permite una segmentación más clara, gran competencia entre decenas de cadenas de televisión y, por supuesto, otra causa podría ser la larga tradición de hacer televisión en USA, mientras que aquí, como quien dice, estamos empezando.






Laura Sánchez Lara

lunes, 5 de marzo de 2007

Ídolos de ayer...¿y hoy?


Si por unos instantes nos fijamos en las series de humor estadounidenses emitidas en España durante los últimos quince años, nos damos cuenta de que son pocos los actores que participan en más de una serie dando vida a distintos personajes. ¿Quién no se acuerda, por ejemplo, de Carl Winslow o de Philip Banks? Actores de los cuales, debido a la reiterada emisión de las mismas teleseries, hemos perdido su pista en trabajos posteriores.

De la multitud de series estadounidenses que nos invaden desde principios de los años 90, es sólo una minoría el grupo de intérpretes que consigue mantenerse en pantalla. Cabe destacar el tremendo éxito de Will Smith, que abandonó el mundo de las teleseries y dio el paso a la gran pantalla, obteniendo un gran reconocimiento por trabajos como “Bad Boys” o “Men in black”. Otro claro ejemplo es el de las gemelas Mary-Kate y Ashley Olsen que, tras sus inicios en la serie emitida por Canal+, “Padres forzosos”, no han parado de realizar series y películas, situándolas entre las actrices jóvenes más ricas de Hollywood, aunque también han sido noticia por algún que otro escándalo público.

Investigando a través de la red, puedes recalar información sobre los actores y actrices que formaron parte de nuestra infancia, siendo los protagonistas de series tan conocidas como “Salvados por la campana”, “Cosas de casa” o “El príncipe de Bel-Air”. ¿Qué ha sido de, entre muchos otros, Alfonso Ribeiro (Carlton Banks) o de Darius McCrary (Eddy Winslow)? ¿Por qué no se aprovechó su reconocimiento mediático para emitir alguna serie más? Ciertamente, es una pena que personajes tan llamativos de nuestra época hayan caído en el olvido.

Posiblemente, la gran mayoría estén “desaparecidos” porque no han conseguido separarse del personaje que, durante mucho tiempo, han llevado en sus espaldas. Al estar encasillados, o sus trabajos no alcanzan suficiente éxito para cruzar el “charco” o las productoras no quieren que su nuevo producto sufra una constante comparación con trabajos anteriores, por lo tanto, contratan a nuevos actores. O simplemente, pusieron punto y final a sus carreras de actores y dedicaron su vida a otras actividades.

Por ejemplo, Jaleel White, quien diera vida al inolvidable Steve Urkel, se dedica a producir series y a comentar la NBA. Otro caso bastante curioso es el de Kirk Cameron, Mike Seaver en “Los problemas crecen”; con el tiempo, ha pasado de hacer el papel de un joven gracioso a predicar la palabra de Dios en un programa de televisión. Y como éstos, muchos más casos de actores que pasan de la fama al olvido en un abrir y cerrar de ojos. Se habla de suicidios, de adicción a las drogas, de “aventuras” en el mundo de la pornografía... Muchos de los que antes nos hacían reír, ahora nos hacen llorar.

En definitiva, las vidas de algunas de las personas que nos hicieron pasar horas y horas delante de la televisión, son dignas de ser llevadas a la gran pantalla y engrosar la lista de títulos pertenecientes al género de la tragicomedia.


Jesús Torres Huete

lunes, 26 de febrero de 2007

Influencia de la sociedad en la Sitcom



Para comenzar, vamos a analizar la influencia de la sociedad en las series de humor emitidas en España, en las principales cadenas públicas, desde los años noventa hasta la actualidad.
Podemos observar como la evolución de la sociedad, ha dejado huella en la sitcom, desde cosas tan evidentes como, por ejemplo la moda hasta los temas en los que se basan los argumentos para la emisión de estas series.
Entrando en profundidad, se percibe el cambio que han experimentado, por ejemplo, los estereotipos de los personajes: se introducen protagonistas con tendencia homosexual, diferentes estatus sociales, grupos étnicos, grupos urbanos (hippies, pijos, heavys...). También, hoy en día, se puede apreciar la presencia de distintas ideologías políticas, independientemente del partido que esté gobernando. Antes, no se mostraban con tanta evidencia las tendencias políticas.

En la actualidad, los temas tratados tienen una mayor implicación social, los personajes se "mojan", lo que puede propiciar una diversificación de la audiencia. Los gags eran más imparciales, trataban temas más superficiales, con los cuales ningún telespectador se podría sentir aludido. Como por ejemplo, ocurre con series como: "Cosas de casa", " El príncipe de Bel - Air"...
En cuanto al tema de la moda, es uno de los rasgos que más diferencia unas series de otras, es decir, con un simple vistazo se puede distinguir a que época pertenece cada una de ellas, puesto que las tendencias marcadas en el campo de la moda han variado, notablemente, desde los noventa hasta hoy en día.

Sin embargo, una característica que se mantiene es el establecimiento de personajes estereotípicos, con lo cual siempre nos encontraremos con: el listo, la guapa, el simpático, el bueno, la mala, el feo... Aunque actualmente, se ha incorporado un nuevo estereotipo: el personaje homosexual, por lo referente a la aceptación de la sociedad de este tipo de tendencia sexual, con todo lo que conlleva ( relaciones en la sociedad, matrimonios, igualdad de derechos....). Este hecho puede observarse en series como "Aída", "Aquí no hay quien viva"...
Otra característica que ha permanecido fija en el tiempo, es el desarrollo de las tramas, es decir, los capítulos tienen un principio y un final establecido, mientras que una trama principal se desarrolla a lo largo de toda la serie, siendo la más común una relación amorosa.

En conclusión, el paso del tiempo ha hecho mella en muchos aspectos de la sitcom, pero otras características han permanecido inamovibles desde los años noventa hasta la actualidad. Tanto antes como ahora siguen siendo series de gran éxito televisivo, consiguiendo siempre esbozar una sonrisa al telespectador.

Daniel Torres Mantilla